VESTIMENTA El traje de gala es portado por la mujer istmeña en las festividades de la comunidad, es decir, en convites o en las famosas Velas Istmeñas. Son numerosas variantes del traje, destacando los trajes de galones, blondas y listón, que son los primeros ejemplos del traje de tehuana que emplean falda circular de olán almidonado; es icónico el traje bordado de flores de diversos tamaños, variando el tamaño de las mismas según el municipio de origen, destacando el originario de la ciudad de Tehuantepec, de flores grandes, a diferencia, por ejemplo, de los trajes de Juchitán, el bordado de cuyas flores es más pequeño y de mayor gama de colores; el traje llamado de costura, cuyo intrincado diseño es elaborado con máquinas de coser. El traje se completa con el uso de exquisita joyería de oro, preferentemente elaborada de monedas o largos collares llamados lazos; consta de un juego de ahogadores, el semanario, un pulso, aretes, la enagua y el huipil como el conjunto principal, una mascada en el lado izquierdo, el cabello peinado en trenzas con listones, una moneda en la cabeza como signo de guía, y el llamativo huipil grande, el cual tiene dos maneras de portarse: un lado más grande, que es para acompañar un baile o un paseo; y un lado más pequeño, utilizado para las celebraciones religiosas y convite.
MATERIAL El traje es famoso por sus holanes, pero sobre todo por sus bordados de flores, los cuales pueden ser hechos a mano o a máquina. Con la llegada de los españoles, los cambios se dieron incluso en la ropa, pues la influencia extranjera modificaba la vida cotidiana. Se dice que el origen de los bordados provienen del mantón de Manila (capital de la colonia española de Filipinas), pero ésta a su vez tuvo sus inicios en China, es por ello que podemos considerar que el traje es resultado de una combinación de culturas.